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El paso decisivo para encontrar las mejores soluciones.
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La tecnología de microfluidos se está expandiendo cada vez más a diversos usos, una de sus principales aplicaciones es el desarrollo de dispositivos biomédicos y lab-on-a-chip (https://www.utec.edu.pe/blog-de-carreras/bioingenieria/lab-chip-laboratorios-que-quepan-en-la-palma-de-tu-mano), sin embargo una tendencia actual es la de emplear esta tecnología para el desarrollo y fabricación de microrobots, estos últimos tienen una serie de aplicaciones biomédicas futuristas que son muy interesantes y que van desde manipulación individual de células, transporte dirigido de fármacos, microcirugía, hasta fertilización asistida, pero de ello hablaremos más extensamente en un proximo artículo, hoy nos centraremos en cómo la microfluídica ayuda al desarrollo de estos micromecanismos.
Uno de los tipos más comunes de microrobots son los llamados “micro swimmers”, que tratan de imitar en tamaño y locomoción a una bacteria o algún microorganismo nadador.
Figura 1: Microestructuras helicoidales [ref: https://www.nature.com/articles/s41578-018-0016-9]
Uno de los diseños más eficientes es el micro swimmer del tipo helicoidal como el que se muestra en la figura 1; sin embargo, fabricar esta geometría en microescala es retador y requiere de técnicas complejas y/o maquinaria especializada de costo elevado como por ejemplo la tecnología TPP (two photon polymerization) con la cual se puede obtener estructuras complejas de pocas micras de dimensión.