Científicos de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), en alianza con Cleveland Clinic, uno de los centros médicos más reconocidos en el mundo han creado un chip de bajo costo que permite detectar el avance de células cancerígenas. Esta innovación podría transformar el monitoreo del avance del cáncer.
Este año podría representar un avance crucial para la salud pública y la detección del avance del cáncer. Científicos de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), en colaboración con Cleveland Clinic, uno de los centros médicos más reconocidos del mundo por su liderazgo en innovación en el tratamiento de la enfermedad, han desarrollado un dispositivo de diagnóstico en pacientes con cáncer: un chip de bajo costo que identifica células tumorales cancerígenas con alta precisión.
Se trata de un dispositivo que requiere como máximo una inversión de 10 soles por prueba y que puede convertirse en una solución asequible y de fácil distribución en zonas alejadas, en las que el acceso a costosas pruebas de tomografía es casi inexistente.
“El chip de la Esperanza” ha sido desarrollado por científicos y el soporte de estudiantes de la UTEC, y puede transformar el monitoreo y la prevención de la metástasis del cáncer. Y no solo ello, también impacta notablemente en el tiempo para identificar el avance de la enfermedad, pues en muchos casos, los pacientes pueden esperar hasta seis meses para acceder a pruebas que requieren tomografías.
En ese sentido, si bien, el dispositivo no diagnostica la enfermedad, su fortaleza está en su capacidad para detectar el aumento de células tumorales circulantes (CTC), proporcionando una herramienta valiosa para la prevención de la metástasis y tomar decisiones terapéuticas tempranas en el contexto de la lucha contra el cáncer.
“El chip solo necesita una pequeña muestra de sangre diluida, a la que se le añaden nanopartículas magnéticas que se adhieren específicamente a las CTC. Estas permiten que, al pasar por un campo magnético, se identifiquen y cuantifiquen dichas células de manera rápida y sencilla”, explica Julio Valdivia, director del Centro de Investigación en Bioingeniería de la UTEC y líder del proyecto.
Esta innovación en tecnología médica puede impactar en las casi 70 mil personas que anualmente son diagnosticadas con cáncer en Perú, para las cuales la identificación temprana y los tratamientos altamente personalizados son clave en la lucha contra esta enfermedad. Esto se vuelve más relevante, si se tiene en cuenta que la pobreza y la ubicación geográfica de muchos pacientes impacta dramáticamente en la ejecución oportuna de los tratamientos oncológicos.
¿Qué falta para que los peruanos accedan al dispositivo?
El “Chip de la Esperanza” ya ha sido probado en muestras de pacientes con cáncer de mama, obteniendo resultados prometedores. Las pruebas preliminares han demostrado que el dispositivo es altamente sensible (cercano al 100%), contando con una especificidad del 90-93%. Y no solo ello. Incluso, el diagnóstico puede ser realizado por personal en proceso de aprendizaje médico, lo que facilita su implementación en comunidades remotas.
Según explica Valdivia, se requieren al menos tres elementos para que el Perú pueda incorporar esta innovación como parte de sus políticas de salud pública en la lucha contra el cáncer.
Regulación y validación clínica: Es necesario obtener el registro sanitario de DIGEMID, así como completar estudios clínicos que respalden su eficacia en un mayor número de pacientes.
Producción en masa: Actualmente, el equipo de UTEC puede fabricar entre 20 y 30 dispositivos al día, pero para implementar esta solución de detección del avance del cáncer a nivel nacional es indispensable escalar la producción.
Fondos y apoyo gubernamental: La aprobación y regulación de dispositivos médicos en Perú es un proceso lento. Sin embargo, se espera que este proyecto impulse el desarrollo de políticas que favorezcan la adopción de tecnología médica nacional y la innovación en salud.
“El chip solo necesita una pequeña muestra de sangre diluida, a la que se le añaden nanopartículas magnéticas que se adhieren específicamente a las CTC. Estas permiten que, al pasar por un campo magnético, se identifiquen y cuantifiquen dichas células de manera rápida y sencilla”, explica Julio Valdivia, director del Centro de Investigación en Bioingeniería de la UTEC y líder del proyecto que busca transformar la detección del avance del cáncer, enfermedad que afecta a miles de peruanos.
¿Cuál es el avance del proceso regulatorio del chip para detectar células cancerígenas?
Como parte de un proyecto enfocado en la detección del avance del cáncer, el equipo a cargo del chip ya ha tenido reuniones preliminares con DIGEMID, donde se ha discutido los desafíos regulatorios para dispositivos médicos oncológicos.
Se ha percibido interés, pero el avance requiere mayor celeridad, sobre todo porque cada día cuenta cuando hablamos de monitoreo del cáncer en los pacientes. En ese sentido, desde la comunidad científica, médica y académica se buscan sumar esfuerzos para que se prioricen este tipo de desarrollos en el país.
Preguntas frecuentes sobre el chip para detectar avance del cáncer
¿Cuál es el objetivo del “Chip de la Esperanza” en el marco de la lucha contra el cáncer?
El fin del Chip de la Esperanza es detectar células tumorales circulantes (CTC) en la sangre de forma rápida, accesible y precisa, permitiendo anticipar el avance de la enfermedad y apoyar al oncólogo en la toma de decisiones terapéuticas, especialmente en zonas con acceso limitado a una tomografía o resonancia magnética. Se busca ser una opción más para la prevención del avance del cáncer.
¿Cuáles son los beneficios del dispositivo que busca innovar en la detección del avance del cáncer?
El chip tiene cuatro beneficios principales: es de bajo costo (menos de 10 soles por prueba), portátil para zonas rurales, permite diagnóstico in situ, y posee alta precisión al capturar células cancerígenas en microcanales mediante campos magnéticos.
¿A cuántas personas podría beneficiar el dispositivo desarrollado por UTEC y Cleveland Clinic?
El “Chip de la Esperanza” podría beneficiar a las casi 70 mil personas que cada año son diagnosticadas con cáncer en Perú, mejorando el acceso al diagnóstico temprano para evitar una metástasis y personalizado en regiones con recursos limitados.
¿Qué son las células tumorales circulantes?
Las células tumorales circulantes (CTC) son células cancerígenas que se desprenden del tumor principal y circulan en el torrente sanguíneo. Su detección permite anticipar la metástasis y ajustar los tratamientos oncológicos de forma más efectiva.